Si los maestros queremos tener mejores estudiantes, la tarea podría
comenzar por nosotros mismos, al actualizarnos constantemente, leer,
aprender a utilizar herramientas
tecnológicas, diseñar clases centradas en los procesos de aprendizaje y
no en mí como única fuente de saber y enseñanza en el aula o como el
centro de la clase.
Si diseñamos nuevas unidades didácticas, en donde los 35 estudiantes que están allí conmigo no tengan la obligación de sólo escuchar y además repetir lo más parecido a cómo yo lo hice y expliqué los objetivos "desarrollados", no nos quejaríamos tanto de la educación.
Tenemos que atrevernos a innovar, a abrirnos a lo nuevo y a despojarnos de ese "egocentrismo docente" que lo único que está consiguiendo es aburrir cada día más y más a nuestros estudiantes en el aula y luego nos desesperamos, porque no atienden, no siguen instrucciones, no les interesa nada y lo que escuchamos es: "yo no sé qué hacer con ellos, no les interesa la clase por más que yo explico y explico".
La solución no está en seguir repitiendo esos patrones pedagógicos del pasado, porque con ellos es como nos sentimos seguros, porque es más fácil para mí corregir 36 trabajos o exámenes en donde me desarrollen las cosas como yo las sé hacer.
Si ampliamos la mirada y generamos un cambio en donde no sean los 35 chicos repitiendo mis procesos de aprendizaje, sino que yo los mire a ellos y genere estrategias en donde tome en cuenta las múltiples maneras que tienen de aprender y resolver problemas, si me abro a trabajar con los recursos tecnológicos, el aprendizaje colaborativo y las inteligencias múltiples, el resultado va a ser totalmente distinto, porque tendremos niños y jóvenes altamente motivados, que saben trabajar en equipo, generadores de ideas, analíticos y altamente eficientes.
El problema no está en que usen la computadora y que nos entreguen los trabajos con un copia y pega de lo que consiguen en Internet, el problema está en que nosotros asignamos trabajos, cuyo diseño y metodología de trabajo conlleva a que esa sea la práctica común.
Si queremos estudiantes distintos, seamos maestros distintos, empecemos por nosotros, siendo ejemplo y teniendo coherencia entre lo que decimos, hacemos y exigimos. Recordemos que el maestro DA y el alumno RECIBE, este es el orden, por lo que te invito a pensar: ¿qué estás dando como educador?, ¿qué están recibiendo nuestros educandos? y de eso que ellos reciben qué están dado ellos a su vez a la sociedad, a sus centros de estudio y de trabajo? es un buen punto para reflexionar.
Si diseñamos nuevas unidades didácticas, en donde los 35 estudiantes que están allí conmigo no tengan la obligación de sólo escuchar y además repetir lo más parecido a cómo yo lo hice y expliqué los objetivos "desarrollados", no nos quejaríamos tanto de la educación.
Tenemos que atrevernos a innovar, a abrirnos a lo nuevo y a despojarnos de ese "egocentrismo docente" que lo único que está consiguiendo es aburrir cada día más y más a nuestros estudiantes en el aula y luego nos desesperamos, porque no atienden, no siguen instrucciones, no les interesa nada y lo que escuchamos es: "yo no sé qué hacer con ellos, no les interesa la clase por más que yo explico y explico".
La solución no está en seguir repitiendo esos patrones pedagógicos del pasado, porque con ellos es como nos sentimos seguros, porque es más fácil para mí corregir 36 trabajos o exámenes en donde me desarrollen las cosas como yo las sé hacer.
Si ampliamos la mirada y generamos un cambio en donde no sean los 35 chicos repitiendo mis procesos de aprendizaje, sino que yo los mire a ellos y genere estrategias en donde tome en cuenta las múltiples maneras que tienen de aprender y resolver problemas, si me abro a trabajar con los recursos tecnológicos, el aprendizaje colaborativo y las inteligencias múltiples, el resultado va a ser totalmente distinto, porque tendremos niños y jóvenes altamente motivados, que saben trabajar en equipo, generadores de ideas, analíticos y altamente eficientes.
El problema no está en que usen la computadora y que nos entreguen los trabajos con un copia y pega de lo que consiguen en Internet, el problema está en que nosotros asignamos trabajos, cuyo diseño y metodología de trabajo conlleva a que esa sea la práctica común.
Si queremos estudiantes distintos, seamos maestros distintos, empecemos por nosotros, siendo ejemplo y teniendo coherencia entre lo que decimos, hacemos y exigimos. Recordemos que el maestro DA y el alumno RECIBE, este es el orden, por lo que te invito a pensar: ¿qué estás dando como educador?, ¿qué están recibiendo nuestros educandos? y de eso que ellos reciben qué están dado ellos a su vez a la sociedad, a sus centros de estudio y de trabajo? es un buen punto para reflexionar.
Geraldine J. Lange Rodríguez
Lic. Educación Mención Cs. Sociales. UCAB- Venezuela
Lic. Educación Mención Cs. Sociales. UCAB- Venezuela
Msc. Dirección
de Centros Educativos.Centro Universitario Villanueva- Universidad Complutense, Madrid-España
Diplomada en
Pedagogía Sistémica –CUDEC- México - Fundación Internacional Planeta Libre- Cátedra de la UNESCO, UCV, Venezuela
Twitter:
@geralange
Blog de estrategias de Marketing y Dirección de Centros Educativos:
Muy buenos sus artículos. Cortos y contundentes.
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