AULAS MULTICULTURALES: ESPACIOS IDEALES PARA DESARROLLAR LA SANA CONVIVENCIA , EL AMOR Y EL RESPETO A LA DIFERENCIA
Actualmente estamos viviendo en un mundo cada vez más globalizado, en donde los procesos migratorios se generan con más frecuencia, producto del desarrollo de un mayor número de empresas transnacionales, flexibilización de los requisitos migratorios entre las naciones y la movilización de ciudadanos de un país a otro en busca de mejor calidad de vida y seguridad.
Nuestros colegios no se escapan de esta realidad, muy al contrario, es una situación que cada día se hace más presente en las aulas y ante la cual los maestros tenemos el deber de estar preparados para afrontarla y lograr integrar a estos niños inmigrantes a las dinámicas escolares y sociales, las cuales en su mayoría distan mucho en parecerse a las de sus países de origen.
En mi experiencia docente, he tenido la oportunidad de trabajar en un centro educativo católico privado, al cual llega un buen número de familias extranjeras en búsqueda de una plaza para sus hijos, en nuestras aulas tenemos niños y jóvenes chinos, argentinos, rusos, eslovenos, ecuatorianos, portugueses, italianos, españoles, brasileros, peruanos, colombianos, entre otras tantas nacionalidades que cada día se van incorporando y con las cuales hemos tenido el gusto de trabajar y generar un intercambio cultural, religioso y social.
Para que esta inserción sea positiva, es fundamental que las políticas del centro tengan una visión amplia, de aceptación y respeto a las costumbres y a la religión de las familias que recibimos, porque de lo contrario la adaptación de estos chicos no se hace posible. El punto de inicio está en el equipo directivo, quien debe tener una visión de respeto y acogida hacia las familias extranjeras que son parte de nuestra comunidad. Esta postura sirve de punto de enlace con los maestros quienes son en definitiva, los que tienen en sus manos el manejo directo de los estudiantes extranjeros que se incorporan y son los que hacen posible su integración con el resto del grupo.
¿ Qué podríamos hacer?
El primer punto de encuentro está entre el grupo familiar con el directivo del centro quien lleva a cabo la entrevista de ingreso al colegio. Si bien esta reunión se debe dar de igual forma como lo hacemos con las otras familias nacionales, en ellas debemos dedicar un tiempo extra para conversar en relación a las costumbres y la religión del chico, de igual manera, el directivo debe comunicarle a la familia que su cultura y religión serán respetadas e integradas al grupo con el cual compartirá su hijo y que son bienvenidos al centro. Es increíble ver, como con este pequeño gesto, se les ilumnia el rostro a estos padres que llegan a nuestros colegios llenos de tantas expectativas y temores y se van con un pedacito de su corazón tranquilo, porque sienten que dejarán parte del día a sus hijos en un sitio amable y en donde ellos, su país y sus costumbres tendrán un lugar.
Si bien lo descrito anteriormente es el primer paso, lo más importante va a estar centrado en las dinámicas del aula, en donde los docentes van un jugar un rol fundamental. El directivo tiene la responsabilidad de transmitirle al docente lo conversado con los padres y si es posible realizar una reunión previa a la incorporación del niño, para que el maestro conozca su realidad y así pueda trabajar mejor su integración con el resto, generando un clima de respeto, tolerancia y solidaridad.
Particularmente considero que desde ya nuestras escuelas, a través de los educadores, deben ir trabajando desde el nivel de infantil o inicial ciertas estrategias que fomenten la interculturalidad, utilizando como herramientas de enlace los cuentos, las historias, los títeres y la música.
No debemos olvidar que este es un proceso que involucra no sólo a los directivos, los docentes, los niños que son parte del aula y los niños que ingresan de origen extranjero,sino que también juega un papel importante las familias tanto de los estudiantes extranjeros como las familias de los estudiantes del país receptor, a quienes también debemos relacionar, ideando espacios en donde puedan compartir.
Comparto algunas ideas que podemos desarrollar:
- Podríamos tomar como punto de partida las lenguas presentes en el aula, exigiendo a los niños una correcta pronunciación de los nombres de todos los estudiantes.
- Utilizar saludos y despedidas en las lenguas de los chicos y a partir de aquí poder ir haciendo un acercamiento lúdico a las lenguas, lo que nos permitirá crear una base actitudinal sobre la cual trabajar en cada uno de los niveles educativos.
- Utilizar cuentos cortos, historias y canciones narradas por los familiares en las lenguas de los estudiantes.
- Llevar a cabo diversos juegos tradicionales.
- Elaborar carteleras o carteles que reflejen la cultura de los diferentes grupos que conforman el salón.
- Si es un colegio católico, en las clases de religión solicitar al estudiante que no la comparte , la visión que tiene su religión sobre el tema que estamos tratando.
- Organizar una vez al año una feria multicultural en donde se organicen stands con venta comida y artesanías,que estén acompañadas de presentaciones folcklóricas de los países de los niños que son parte de nuestra comunidad. Las embajadas colaboran con estas actividades.
- Decorar el aula con posters que reflejen imágenes de los países de los niños que están conviviendo en el aula. Incluyendo los del país receptor.
- Organizar un desayuno conjunto con comida típica de diversos países elaborada por las familias.
- Con los estudiantes más grandes cuando estudian el tema de las migraciones o movimientos poblacionales, se puede realizar una actividad en grupos, en donde los extranjeros expongan y agradezcan a los grupos locales qué han recibido del país que los acoje y de igual manera hagan los grupos de chicos del país receptor, agradeciendo y reconociendo qué han recibido de ellos.
- Pintar y construir las banderas de los países, estados y comunidades autónomas que interactúan en el aula y pegarlas en las paredes.
- Elaborar una exposición con los diversos objetos típicos de los diferentes países.
En fin, esta es una muestra de la cantidad de actividades e ideas que se nos pueden ocurrir, lo más importante es que hoy en día tenemos que abrir el corazón y ampliar la mirada, para desde nuestro lugar contribuir a que los niños con quienes trabajamos lo hagan, logrando así formar a ciudadanos abiertos, que sean capaces de convivir con el otro a pesar de las diferencias, que puedan tener la capacidad de ver que su cultura es tan válida como la de su compañero, que ninguno es mejor que el otro, sino que simplemente somos diferentes.
Nuestro reto debe estar enmarcado en unir esfuerzos entre las familias y la escuela, para ir transformando nuestros centros educativos, de ser instituciones transmisoras de conocimiento científico a transmisores de cultura, hábitos, creencias, actitudes y valores y lo podemos lograr, haciendo de estos espacios, instituciones de amor, respeto, tolerancia e igualdad, lugares en donde todos tengamos espacio y podamos convivir con y para el otro, sin exclusiones ni diferencias raciales y sociales, lugares que sean una pequeña burbuja que permita la convivencia sana que deben aprender nuestros estudiantes para que cuando salgan a la calle, logren ser ciudadanos de primera, capaces de convivir con los demás, aceptando su color de piel, sus rasgos raciales, su cultura, sus costumbres y su religión, una educación en y para la libertad. ¿Un gran reto? sí, pero más que un reto es un compromiso, entonces qué estás haciendo tú como docente para lograrlo?
Geraldine J. Lange Rodríguez
Lic. Educación Mención Cs. Sociales. UCAB- Venezuela
Lic. Educación Mención Cs. Sociales. UCAB- Venezuela
Msc. Dirección
de Centros Educativos.Centro Universitario Villanueva- Universidad Complutense, Madrid-España
Diplomada en
Pedagogía Sistémica –CUDEC- México - Fundación Internacional Planeta Libre- Cátedra de la UNESCO, UCV, Venezuela
Twitter:
@geralange
Blog de estrategias de Marketing y Dirección de Centros Educativos:
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