Estas creencias familiares, religiosas y culturales hacen que asumamos,
sobretodo las mujeres, una postura de eternidad en la relación
matrimonial y que muchas veces aguantemos hasta los escenarios más
adversos dentro del núcleo familiar, ya que así fuimos criados, con una
visión en donde el matrimonio no hay que romperlo por ningún motivo, así
pase lo que pase. Pero cuando se acaba el amor y a este hecho se unen
vicisitudes que afectan la integridad emocional o física de los
integrantes del sistema, se llega a la ruptura definitiva de la pareja,
que puede traer el divorcio o la separación. En este momento las partes
ya no quieren estar más juntas y cada uno desea seguir su camino.
Pero a pesar de todo lo anteriormente narrado, ¿por qué cuando se da la
separación de pareja, aunque ya no ames a la otra persona, esa
separación duele? duele, porque la información que la persona trae de
su sistema familiar es que la unión debe ser para toda la vida, por eso
se da este dolor tan profundo, porque nuestra alma siente que estamos
actuando de manera diferente a cómo nos enseñó nuestro sistema familiar,
a como lo hicieron nuestros ancestros.

Esta negación hacia el hombre que fue su pareja, se produce porque una
de las cosas más difíciles de aceptar cuando una relación no funciona,
es admitir que los dos hombres más importantes de tu vida son: en primer lugar, tu padre y en segundo lugar, el padre de tu hijo. Ese hombre va a ser
siempre el segundo más importante, porque gracias a él pudiste darle
vida a ese ser que nació de ambos y que es parte de los dos. Al padre de tus hijos, sea como sea, con sus cosas buenas y malas, debemos aprender a aceptarlo y tomarlo dentro de nosotros y le debemos agradecer y si es posible le debemos mirar a los ojos y decirle: "Gracias porque me diste lo mejor de la vida que es nuestro (s) hijo (s)". Esto no es sólo maravilloso para la tranquilidad personal de los adultos que formaban la pareja, sino que así le damos también a los hijos el permiso para que tomen a su padre en el corazón. Esta frase de agradecimiento al padre, se recomienda hablarla también con los hijos, hay que hacerles saber que tú como mujer le das las gracias a su papá, porque le permitió a ella tener lo mejor de su vida. Esto no lo debemos hacer como un ritual para conseguir soluciones mágicas, cuando hagamos esto con nuestra ex pareja y nuestro (s) hijo(s), lo debemos hacer de manera sentida y de corazón.
En definitiva, las mujeres debemos apartar nuestro dolor de mujer, del lugar de padre que el hombre ocupa en nuestra vida y en la de nuestro hijo y cuando nos sintamos tranquilas y cuando asistamos a celebraciones importantes(comunión, cumpleaños, actos escolares, etc) de ese hijo que es parte igual de los dos, debemos tener la entereza de decirle de manera sentida y de corazón a ese hombre: "gracias por este momento que estamos viviendo, no habría sido posible, si tu no hubieses sido el padre de mi hijo". Debemos tener presente, que hay momentos que se dan y que ocurren con los hijos, porque ese hombre te dio un hijo que nació , si no hubiese sido él, no sería el mismo niño, ni la misma situación.
Geraldine J. Lange Rodríguez
Lic. Educación Mención Cs. Sociales. UCAB- Venezuela
Lic. Educación Mención Cs. Sociales. UCAB- Venezuela
Msc. Dirección
de Centros Educativos. Centro Universitario Villanueva- Universidad Complutense, Madrid-España
Diplomada en
Pedagogía Sistémica –CUDEC- México - Fundación Internacional Planeta Libre- Cátedra de la UNESCO, UCV, Venezuela
Twitter:
@geralange
Blog de estrategias de Marketing y Dirección de Centros Educativos:
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