
Hoy
deseo compartir con Uds. algunos aspectos que debemos considerar y aplicar como
profesionales de la educación, para apoyar a los padres y para trabajar desde
nuestro lugar de maestros, en función del fortalecimiento del estudiante. ¿Cómo podemos colaborar?:
- Los únicos que pueden regañar a los alumnos son sus padres, los docentes lo que podemos hacer es llamar la atención. No los podemos regañar porque no tenemos el permiso de los padres para hacerlo. Sólo puedes regañar al alumno que su papá te haya dado el permiso. Esto lo vivimos cuando se nos acercan aquellos padres que nos dicen: te doy permiso, al mío lo regañas, le jalas las orejas y lo castigas. Con el resto sólo podemos llamar la atención y APLICAR LAS MEDIDAS ESCOLARES DISCIPLINARIAS. El alumno en su casa puede ser regañado, porque le debe obediencia a los padres, en la escuela no le debe obediencia al maestro, lo que le corresponde en este ámbito es seguir las instrucciones del docente, lo que en el fondo es igual a obedecer, pero desde otra perspectiva.
- SIEMPRE hay que apoyar lo que el papá o la mamá haga o decida con el hijo y nosotros como educadores, debemos decirle al alumno que el papá y la mamá lo están haciendo bien y explicarles la razón por la cual ellos lo están haciendo bien. A partir de allí, el joven va a mejorar, porque si le dices que eso que hacen sus padres está mal, estás invalidando sus acciones y el estudiante va a seguir rebelde y va a continuar sin hacer nada, porque le estás criticando a su papá o a su mamá y a nadie le gusta que le critiquen a sus padres, por muy mal que nos sintamos en cómo lo están haciendo. Cuando los chicos vengan con historias referentes a lo que le hacen sus padres, no hay que victimizarlos y ponerse del lado de ellos, por lo contrario, hay que decirles: gracias a eso que hace tu papá o tu mamá, tu tienes unas habilidades increíbles, que otros chicos de tu edad no tienen o si tu papá no te hubiese dado esos palazos ¿cómo serías tú? Porque si tu papá dándote palazos te comportas así, imagínate si no te los diera.
- Hay que dejar de sentir lástima por los chicos, siempre hay que hacerles ver que eso que les pasó o les pasa es bueno, porque son oportunidades para que aprendan algo en la vida, porque eso que les sucede, otro no lo pudo aprender porque no lo vivió. Debemos darles la visión de que esas son oportunidades y que lo más importante es que están vivos.
- Tenemos que trabajar para la vida del joven, si tenemos que intervenir, lo hacemos, pero sin juzgar lo que hacen los padres, no puedo creer que el padre lo hace mal en relación a cómo lo hacen los padres con sus hijos, en eso no nos podemos meter como educadores, porque si yo invalido a sus padres, pierdo validez ante el estudiante.
- Todos los adolescentes se quejan de sus padres, eso es normal. El problema está cuando yo como docente le compro esa idea, porque lo convierto en una víctima y yo no puedo apoyar a la víctima, tengo que apoyar al “perpetrador”, para así poder sacar a la víctima de ahí, porque a la víctima le gusta serlo.
- El docente no debe meterse en los asuntos familiares de los alumnos, recordemos que nuestra principal labor es académica, para los asuntos emocionales y familiares contamos dentro de los colegios con departamentos que se encargan de ello.(Departamento de orientación, psicólogos).
- El grupo de maestros tiene que estar unido, porque todos los docentes estamos en un mismo nivel con respecto a los estudiantes.
- Debo tener muy presente que los únicos que forman a sus hijos son sus padres, las Instituciones educativas colaboran en la educación. La formación la dan los padres, la escuela ayuda. Si yo como maestro creo que formo a los alumnos estoy embarrándola, porque estoy ocupando el lugar de los padres.
- Los casos difíciles en donde el papá toma una medida disciplinaria, hay que apoyarla. Ejemplo: el joven tiene 4 pases de entrada y lo manda al colegio y le dice que vea a ver cómo lo resuelve, el colegio no puede darle entrada al aula a este alumno, porque estaríamos actuando incoherentemente, tampoco lo debe devolver a la casa, porque el papá lo mandó para que llevara su lección, debemos dejarlo en la escuela trabajando en algo y decirle que su papá tiene toda la razón. Siempre debemos confiar en las madres porque ellas saben más que nosotros cómo hacer para que su hijo entienda y en eso el maestro debe tener siempre mente fría y un gran corazón.
" Cada uno en su lugar para poder educar" Angélica Olvera.
Geraldine J. Lange Rodríguez
Lic. Educación Mención Cs. Sociales. UCAB- Venezuela
Lic. Educación Mención Cs. Sociales. UCAB- Venezuela
Msc. Dirección
de Centros Educativos. Centro Universitario Villanueva- Universidad Complutense, Madrid-España
Diplomada en
Pedagogía Sistémica –CUDEC- México - Fundación Internacional Planeta Libre- Cátedra de la UNESCO, UCV, Venezuela
Twitter:
@geralange
Blog de estrategias de Marketing y Dirección de Centros Educativos:
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