
Bert Hellinger en un principio planteaba que no había que adoptar niños, sin embargo se abre a la adopción siempre y cuando se respete el orden. Cuando una madre o unos padres deciden dar a su hij@ en adopción, la primera opción debe estar en los familiares del niño, comenzando por los abuelos, si éstos no pueden o ya han muerto, la segunda búsqueda debe estar en los tíos, en el caso de que éstos no quieran o no puedan hacerse cargo, entran en la opción los padres adoptivos.
Es muy común encontrar casos de niños adoptivos que presentan problemas de conducta, que no quieren estudiar y que a pesar de que sus padres de crianza han sido amorosos con ellos, estos chicos generan conductas de rechazo y rabia hacia ellos, situación que se hace hasta cierta medida incomprensible, pero que sí tiene una explicación desde la mirada sistémica. Debemos tener siempre presente, que los niños adoptados son leales a su sistema de origen y los que no comprenden eso son los padres adoptantes.
Los chicos responden a dos sistemas: al de los padres biológicos y al de los padres adoptivos, pero su corazón siempre va a ir al de su sistema de origen. Es por ésto que se producen las resistencias por parte de los muchachos, cuando los padres adoptivos quieren que hagan o estudien determinadas cosas, situación que llega a producir conflictos, que pueden ser muy serios. Estos conflictos pierden fuerza, cuando los padres adoptivos pueden reconocer y tomar en su corazón a los padres de origen y mirarlos con amor. Si bien es un proceso que lleva tiempo, es muy importante para los niños porque sienten que son amados.
Si los padres adoptivos no honran a los padres de origen y no les importa qué fue lo que pasó para que esos padres biológicos dieran a su hijo, deben hacer un gran trabajo en donde rescaten esa imagen de reconocimiento hacia ellos, ya que los padres de origen fueron los que hicieron que eso niños nacieran y tuvieron que dejárselo a otros para que los pudieran cuidar. Si los padres no biológicos pueden poner en su corazón a estos papás, sin juzgarlos y sin adjudicarles conductas de reproche, este hijo podrá ver con amor esta mirada y se tranquilizará, los problemas de conducta cesarán, porque ya no serán necesarios.
En relación con este tema, también se encuentran los secretos familiares. Muchas veces, las personas tienen la sospecha de ser adoptados o que su padre no es su padre, pero ellos sí son hijos de su madre. Cuando hay secretos, todo se complica, porque el niño o adulto siente que no tiene un lugar en la familia. Si se ha ocultado a los hijos su verdadera pertenencia, así ya sean mayores, hay que decírselo. De esta forma se reparará una injusticia y podrá conocer sus verdaderos orígenes. No saber quiénes son los verdaderos padres, hace que la persona construya su vida sobre una mentira.
En todo momento debemos tener presente, que el hijo adoptivo tiene fidelidades y lealtades inconscientes, que se dirigen en primer lugar a su familia de origen y posteriormente hacia sus padres adoptivos, en donde se da una segunda lealtad.
Es imposible decir, que el hijo adoptivo no conoce a sus padres biológicos, porque en base a la física cuántica, sí los conoce, porque están en él, en sus células, en sus genes, se mira al espejo y los ve, tiene toda la historia familiar con él y es por ello, que va a tener gustos, actitudes, carácter y preferencias muy diferentes a las de su familia de crianza , así no haya compartido o vivido con ellos nunca.
Es vital que los padres adoptivos se coloquen en su lugar, ¿Cómo lo pueden hacer? , respetando el lugar de los padres biológicos, no considerándose mejor que ellos, simplemente considerándose sus representantes. La clave está en que los padres adoptivos guarden un profundo respeto ante los padres carnales y que este respeto lo muestren claramente ante los hijos. Es muy doloroso para los hijos el tener que renegar de sus padres biológicos, porque siempre en su alma van a ser fieles a ellos.
Por lo tanto, los padres adoptivos van a ocupar un segundo lugar con respecto a los padres biológicos, es decir, es necesario que los padres adoptivos respeten a los padres verdaderos, sin juzgarles, hayan hecho lo que sea. De esta forma, se respeta el orden correcto y el hijo adoptado puede respetar a su vez a los padres adoptivos y tomar lo que de ellos recibe.
Otro aspecto importante a considerar, es el ¿por qué se adopta a un niño, qué nos motiva a hacerlo?
Cuando una pareja toma la decisión de adoptar a un niño con el fin de cubrir sus carencias afectivas de ser padres, buscar la unión entre la pareja o por cualquier otra necesidad propia y no por el bienestar del niño, ésto lo va a sufrir el alma del hijo adoptado y lo va a vivir como un "rapto", como si lo robaran de sus padres carnales y ésto a futuro traerá serias consecuencias para el sistema familiar. Por ejemplo, se pueden dar sucesos de expiación (consiste en adjudicarse los problemas de otros y pagar por ellos). De acuerdo a esta definición, la pareja expía esta culpa con el divorcio, ruptura de la relación, enfermedades o incluso la muerte o suicidio de un hijo propio.
En el caso de las parejas que no pueden tener hijos, es fundamental que sanen el sentimiento de rabia que en algunos casos les ocasiona este hecho, lo que muchas veces los lleva a revelarse en contra del destino. Si este sentimiento no es trabajado, cuando adopten un niño, éste vendrá a la familia a proteger o a llenar su desilusión y así, comienzan a alterar el orden, porque el niño no va a venir para recibir de los padres adoptivos, sino que vendrá a DAR, cuando lo correcto es que los padres den y los hijos tomen.
En conclusión, la adopción es un hecho de gran responsabilidad y cuidado, en donde debe existir un gran respeto hacia la familia del bebé o niño, hacia sus padres biológicos y hacia el alma de esta criatura. Cuando unos padres optan por la adopción, tienen que saber que no sólo adoptan a ese hijo, sino también a todo su sistema familiar y para que esa adopción sea lograda, tienen que respetar el origen, porque cuando ese origen es respetado, el niño puede vivir tranquilo y puede agradecer a los padres adoptivos, todo lo que ellos le dan. Lo adecuado es adoptar teniendo en cuenta todo lo que ese niño trae, su familia, su país, su cultura y su destino, entonces la adopción se puede lograr.
Geraldine J. Lange Rodríguez
Lic. Educación Mención Cs. Sociales. UCAB- Venezuela
Lic. Educación Mención Cs. Sociales. UCAB- Venezuela
Msc. Dirección
de Centros Educativos.Centro Universitario Villanueva- Universidad Complutense, Madrid-España
Diplomada en
Pedagogía Sistémica –CUDEC- México - Fundación Internacional Planeta Libre- Cátedra de la UNESCO, UCV, Venezuela
Twitter:
@geralange
Blog de estrategias de Marketing y Dirección de Centros Educativos:
Me gusta mucho tu blog. Totalmente sistémico y necesario
ResponderEliminarGracias Ma Carmen, encantada de que lo disfrutes. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias por tus artículos me son dejmucho apoyo e esta nueva etapa de mi vida. Quisiera preguntarte algo, que ocurre cuando el padre o la madre han intentado quitarle la vida al niño, ya sea en el vientre o cuando nació, pierden su derecho a pertenencia dentro del sistema o que se puede hacer? Gracias de antemano.
ResponderEliminarHola! gracias por tu comentario, me siento muy contenta de escuchar que lo que escribo puede servir para ayudar a otras personas. En relación a lo que me preguntas, nunca se pierde el derecho a pertenecer a tu sistema familiar, ni la víctima, en este caso el niño, ni el perpetrador, en este caso alguno de los padres. Ambos son parte de ese sistema familiar para toda la vida, el hecho ocurrido en donde se puso la pérdida de la vida de por medio, no genera ningún tipo de exclusión, el vínculo de paternidad y de la maternidad no se rompe jamás, es para toda la vida. Lo que aquí podría ocurrir es que la relación se deteriora por el suceso y sí se puede reestablecer a través de un hermoso trabajo terapéutico. Un abrazo
ResponderEliminarMuchisimas Gracias por tu respuesta no la esperaba tan pronto. :) Y gracias por dedicar tu trabajo al servicio del amor y el bien colectivo.
ResponderEliminarMe encanta tu artículo, más cuando se lo has robado a la Dra. Cristina Llaguno... Es lo mismo que ella habló en una entrevista de radio.
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