Articulo Revista "Hik Hasi":El Dibujo De Familia Desde La Mirada Sistémica

Hoy en día tanto los educadores como los padres de familia, en diversas ocasiones se encuentran ante situaciones en las cuales les es difícil entender cómo a pesar de todos su esfuerzos no logran ayudar al niño o al adolescente a modificar ciertos comportamientos conflictivos o a resolver dificultades de aprendizaje en el aula, lo que en muchos casos termina generando un enfrentamiento entre la escuela y los padres quienes se responsabilizan mutuamente, sin encontrar resultados positivos para el niño.

          Las alternativas de solución son diversas, sin embargo la Pedagogía Sistémica, a través de sus herramientas realiza un gran aporte en el área educativa, permitiendo equilibrar los sistemas escolares y familiares de manera tal, que cada persona dentro del suyo encuentre el lugar que le corresponde y así, lo pueda ocupar con toda su fuerza.  Una de estas herramientas es El Dibujo de Familia desde la interpretación sistémica.

          Para entender un poco este instrumento, es fundamental tener presente los órdenes del amor desarrollados por el psicoterapeuta Bert Hellinger, los cuales son un factor importante para la convivencia familiar armónica y ordenada. Básicamente están referidos a tres principios básicos: 1.- Todo ser humano tiene la necesidad de sentir que pertenece a su familia, los niños interpretan esta vinculación cuando se sienten amados, felices y reconocidos. 2.- Cada miembro dentro del sistema tiene un lugar y un rol y esté no es sustituible, así la vida haya terminado 3.- Los padres son los grandes y los hijos los pequeños, por lo tanto, los primeros dan más y los segundos toman, para poder tener la fuerza que los empuje a andar de manera fluida en la vida. Así como la familia requiere mantener en equilibrio estos tres principios, la escuela y sus miembros también, logrando así que el estudiante pueda estar disponible a sus estudios y a lo que le corresponde a su edad, respetar a sus maestros y tomar los contenidos curriculares.

          Cuando alguno o varios de estos principios entran en desorden, ya sea en la escuela o en la familia, de inmediato los niños comienzan a generar manifestaciones de irrespeto a la autoridad, a sus maestros, agresividad, conflicto con su grupo de pares, dificultad para aprender o falta de ganas o entusiasmo para estar en la escuela; es aquí en donde el dibujo de familia visto desde este enfoque, cobra un gran sentido. ¿Por qué? Porque permite mirar en dónde tiene puesto el corazón el niño, hacia dónde mira su alma que no puede estar de manera fluida en la escuela, qué le duele o preocupa tanto que no está disponible para los estudios.

          Ante esto, es muy común que los más pequeños no encuentren la manera de expresar o comunicar qué sienten, qué les preocupa tanto, situación que puede llegar a generarles grandes tristezas y dolor, las cuales al no ser canalizadas se transforman en rabia o apatía que rápidamente son expresadas en la escuela de alguna u otra manera. Con la herramienta del dibujo de familia, los maestros la pueden utilizar como un apoyo didáctico y de orientación tanto al niño como a sus padres, debido a que a través de este recurso pueden expresar lo que está en su corazón y que no saben decir con palabras.

         

          El análisis y la interpretación de este instrumento es sencillo, siempre y cuando el docente mantenga en primer lugar un profundo respeto por la familia del estudiante, coloque a sus propios padres y a los del pequeño en el corazón y lleve a cabo una detallada observación del dibujo libre de juicios , a través la cual vea: ¿A quiénes dibujó, si falta alguno, están todos sus miembros?, ¿cuál es el Orden y jerarquía de cada miembro?, ¿cómo es la postura corporal y el tamaño de los integrantes del sistema?, ¿qué distancia guardan los unos con respecto a los otros, los colores utilizados?, ¿qué pequeños objetos u animales están incluidos?. Cada uno de estos indicadores nos va a arrojar una valiosa información, porque a través de ellos podremos conocer cómo está sintiendo el niño la relación entre mamá y papá, si la  ausencia de uno de ellos él la está compensando, si trata de llenar el espacio de algunos hermanitos que no llegaron a la vida, si siente que cuida a alguno de sus padres o los siente tan débiles que el asume el hacerse grande.

          Una vez realizado este diagnóstico, el docente tiene infinidad de posibilidades grupales o individuales para el trabajo de algún desorden identificado, siempre y cuando lo converse previamente con los padres del alumno y el movimiento se realice con un inmenso respeto a las familias.

          En el trabajo escolar podemos emplear los movimientos sistémicos con el propio dibujo, acompañados del trabajo terapéutico que se desarrolle con los padres a través del psicólogo escolar o el departamento de orientación para conseguir que el niño o adolescente se coloque en el lugar que le corresponde y así tome la escuela y todo lo que ella implica.  

Compartiremos el caso de Andrés, un estudiante de segundo año de bachillerado, 14 años de edad, quien presentaba dificultades para atender, inquieto, constantemente se ponía de pie, tendía a salirse del aula, molestar a sus compañeros, subirse a la silla y no seguir instrucciones. Fue referido en innumerables ocasiones al departamento de orientación, se llevaron a cabo conversaciones, sanciones, acuerdos y todos los recursos pedagógicos posibles para lograr un cambio en él, sin embargo no fue posible.

Él provenía de una familia de 3 hermanos varones, en donde él era el segundo. Su madre era una mujer enferma, paralítica y continuaba casada con su padre más llevaban una relación separada. Él era un hombre trabajador que pasaba parte del tiempo en sus labores en una ciudad satélite.

          En su dibujo de familia se observa que incluye a la abuela en el primer lugar de autoridad y él no se incluye en el dibujo. Cuando se llevó a cabo la entrevista con él sobre su dibujo, se le preguntó si el mismo estaba completo y respondió que sí. Al observar que él no se incluía, se le preguntó ¿si faltaba alguien? A lo cual manifestó que no, al solicitarle que explicara si él se encontraba en el mismo, expresó que él no estaba ahí porque no era importante. Esta frase, fue el factor determinante para saber en dónde estaba la mirada interna de este chico, con quien se hizo una primera intervención conversando sobre la pertenencia y su lugar dentro de la familia. En su relato, él no se consideraba importante porque toda la atención del grupo familiar estaba centrada en la madre enferma, no había ojos para nadie más, sin embargo, él también necesitaba ser mirado y reconocido, razón por la cual generaba conductas disruptivas en la escuela, en algún lugar tenía que ser visto y de alguna manera y de forma inconsciente tenía que lograr que sus padres también voltearan a verle; por otro lado, así también distraía el dolor de los padres.

          En una segunda intervención, se le solicitó incluirse en el dibujo y esta fue la imagen que pintó:

En este movimiento no sólo está él presente, sino que también incluye al abuelo y un hermano menor que no había salido en la conversación. Es importante observar que la prima Patricia sale de la imagen, sin embargo hay una tachadura de una persona en la misma y hay un espacio claro entre él y Juan Diego, lo cual sería interesante abordar a nivel terapéutico porque podría haber algún aborto o hijo no reconocido. También podemos ver la separación entre la madre y el padre.

          El resto del trabajo se llevó a cabo con sus padres a quienes se les conversó de la importancia de atender a Andrés, de brindarle apoyo y de hacerle sentir que a pesar de la dinámica familiar complicada que tenían, él contaba con unos padres. Los resultados fueron maravillosos, Andrés se calmó, no volvió a presentar esa inquietud que tenía de pararse y salir del aula y pudo tomar los estudios, aprobó sus materias y nunca más fue llamado a la coordinación por llamados de atención.

          Los maestros pueden trabajar estos órdenes de manera muy sencilla:

ü  Haciendo sentir a todos como parte de la institución.

ü  Respetando, escuchando y tomando en cuenta sus opiniones.

ü  Tratando a los estudiantes por igual, sin preferencias ni exclusiones.

ü  Realizando intervenciones pedagógicas con los estudiantes excluidos.

ü  Ocupando el lugar de maestro, sin confundirlo con el de amigo.

ü  Planificando actividades en donde incluya a los padres vivos o muertos, presentes o ausentes y a través de la cual puedan conocer su historia y sus orígenes.

Con todo esto se puede apreciar desde la mirada sistémica, la importancia que tiene el que cada niño sea consciente del lugar que ocupa entre sus padres y hermanos estén estos vivos o muertos. Reconocer el lugar que corresponde, tiene relación directa con la imagen interna que se tiene interiorizada y por ende, en dónde se coloca en relación a los padres y el rol que le toca desempeñar. El dibujo de familia es un instrumento valioso para conocer el mapa interno familiar de los estudiantes y desde el lugar de maestros poder apoyar para que cada uno esté en el orden correspondiente, de manera tal que los más pequeños tomen con amor los estudios y todo lo que implica la dinámica escolar.

 Msc. GERALDINE J. LANGE RODRÍGUEZ
Lic. Educación Cs.Sociales.UCAB(Universidad Católica Andrés Bello)- Venezuela. Msc. Dirección de Centros Educativos. Centro Universitario Villanueva- Universidad Complutense de Madrid - España - Diplomada en Pedagogía Sistémica CUDEC (México). — Máster Pedagogía Sistémica. CUDEC (México). Terapeuta Familiar Sistémica & Consteladora Familiar.  Instituto Asgard - Venezuela.
Ganadora del Reconocimiento "Maestro del año 2014" otorgado por El Consejo Municipal de la Alcaldía del Municipio Baruta. Enero 2015. Coordinadora Académica  de Bachillerato  – Caracas.